Los Letreros de Moros

Determinados lugares como el que vamos a explicar a continuación, han salido a la luz no hace mucho tiempo. Estos enclaves solo conocidos por los mas mayores del lugar, han permanecido ocultos al público y a los expertos, así tal y como reconocen muchos investigadores, muchas veces una sola consulta a un anciano del lugar, da mas frutos que una investigacion pormenorizada de un lugar determinado, y este es un buen ejemplo; así, sea esta entrada un homenaje a esta gente, conservadores sin saberlo de parte del Patrimonio de nuestro pais, verdaderos guardianes de Lugares, Leyendas e Historias que bien merecen ser redescubiertas y recopiladas.

Arroyo de los Frailes. Afluente del Río Algodor.

Historia de un redescubriento

Antonio Martin (Autor de la «Guia Magica La Mesa de Ocaña«), investigador de la España desconocida, por medio de un habitante de Villlamuelas, Bernabé García, visitó la localizacion conocida como «Arroyo de los Frailes«, donde unos extraños simbolos aparecían como pintados o grabados en una pared rocosa lisa junto a un pequeño chorro de agua. Estos llevaban alli «toda la vida» como decia Bernabé, e incluso lo conocian ya sus abuelos, con lo que la antigüedad de los mismos estaba probada al menos uno o dos siglos atrás. Ambos sabían que no habian descubierto nada nuevo, sino que habian «redescubierto» una enigmática joya olvidada. Estos grabados o pinturas eran conocidos en la zona como «Letras o Letreros de Moros» ya que su grafía recordaba al alfabeto cúfico musulmán y porque eran «muy antiguos», y recordemos que en muchos pueblos la denominacion «de moros» significa «antiguo o antiquisimo».

Símbolos extraños…

Rápidamente Antonio Martín se puso en contacto con el Servicio Regional de Arqueología; aquellos símbolos no eran usuales, no respondían a nada conocido en la zona. En un principio se creyó grabado en la Roca, pero trás regresar de nuevo con un equipo de Arqueólogos, y algún aficionado como un servidor, comprobamos «in situ» que aquellos enigmáticos símbolos no estaban grabados en la piedra, sino como «pintados», con lo que nuestra extrañeza fue aún mayor. Como se puede ver en la imagen superior el símbolo recuerda a una «Fi» griega en minúscula.

Uno de los Arqueólogos comentó que podían tratarse de fósiles, por su disposición, aunque lo que encontramos unos minutos después rebatió esa teoría.

Roca donde se asientan los Letreros.

Como se puede ver en la imagen superior, los «Letreros de Moros» principales siguen un patrón curioso, en diagonal, se aprecian dos de ellos claramente, y un tercero casi desaparecido, el propio Señor Bernabé nos comentaba que cuando iba al lugar de pequeño, estaba «todo lleno de dibujos», pero que trás 30 años sin acudir al lugar, habían desaparecido gran parte de ellos.

La prospección de las rocas colindantes y las zonas que rodeaban a los letreros nos dio unas cuantas sorpresas. Otros símbolos, estos si grabados en la roca aparecieron ante nuestra incredulidad. Todos ellos no muy lejos de los «letreros» principales.

 

El mas enigmático es el de la imagen superior, recuerda a un pájaro mirando hacia abajo, si se gira de manera horizontal se ve mas claramente. Otro símbolo, representa una especie de Cruz grabada en la piedra en un trazo muy fino, puede que en un intento de sacralizar el lugar, tal y como se ha hecho en innumerables lugares paganos, lo cual lo convertiría en un posible Santuario Rupestre.

Y es esa precisamente la teoría que lanza su «redescubridor» Antonio Martín, en su libro «Guía Magica de la Mesa de Ocaña»:

…a los pies del arroyo encontraremos unas curiosas pinturas y grabados rupestres, los viejos las llaman las Letras de los Moros, y es que la caligrafía recuerda mucho a las letras de origen musulmán. Bernabé, al contemplarlas después de unos 30 años de haberlas visto por última vez se quedó extrañado, pues recordaba que había más letras y más legibles. Esto no me sorprendió, pues escucho el mismo comentario en numerosos enclaves de pinturas rupestres de nuestro país, es que algo ha cambiado en la composición química de nuestro aire, lluvia o atmósfera que en las últimas décadas está atacando de forma voraz a estas preciosas reliquias.

Como curiosidad comentar que las citadas pinturas son tan desconocidas tanto para eruditos con los que he hablado como para la gente de la calle, puede que sean incluso un nuevo descubrimiento para el mundo académico. Falta de ver la carta arqueológica de la zona para asegurarlo.

Seguramente este enclave sea un santuario religioso antiguo, mucho más antiguo que la llegada del Islam a la península, aunque éstos a lo mejor lo utilizaron, ejemplos hay muchos en toda España. Las pinturas y grabados al lado de un arroyo -recuérdese que el agua es elemento madre- son claros indicativos de la sacralidad ancestral de un lugar. Las letras en cuestión no sé decir de qué época datan, o si los supuestos grabados en forma de flecha y tridente son tales grabados o grietas naturales, de lo que sí que esto seguro es de la magia que se respira en este lugar. Un paraje con una naturaleza exuberante, mucho más parecida a la de los Montes de Toledo que a la de la Mesa de Ocaña; tomillo, encinas y hojarasca, y piedra cubierta de líquenes recubren todo este lugar, intacto desde épocas pretéritas.

Arroyo de los frailes

Tal como sea, nos encontramos en un lugar virgen, aún inexplorado en su totalidad, en el cual una prospección mas profunda puede que haga aflorar nuevos grabados o «letreros», todo un ejemplo que demuestra que en nuestro país existen aún lugares que esperan ser redescubiertos y no desaparecer en el olvido.

Fuentes e información: